lunes, 4 de noviembre de 2013

ADAPTACIONES INSTRUCCIONALES EN EL AULA





ADAPTACIONES INSTRUCCIONALES EN EL AULA
 
OBJETIVOS ESPECÍFICOS 
· Informar/indicar las diferentes posibilidades que ofrece una buena Gestión de Aula.
· Dar pautas de cómo llevar a cabo la PA en relación al alumnado TDA-H.

CONTENIDOS
· Gestión de Aula: distribución de espacios, organización docente, cómo desarrollar las explicaciones, actividades, exámenes. Qué y cómo presentar los materiales.
·  Conducta a mantener. Manejo del comportamiento. Pautas para motivar. Feedback y apoyo.
·  Directrices generales para los profesores de estudiantes con TDA-H 

INTERVENCIONES EDUCATIVAS EN EL MARCO ESCOLAR: GESTIÓN DE AULA (en atención al alumnado con TDA-H)

Si atendemos a todo lo comentado hasta ahora, llegaremos a la conclusión de que educar al alumnado con TDA-H no es una tarea fácil. Según Barkley, el papel del profesor es la piedra angular, sin él, ni el programa, ni el centro, ni el número de alumnos, podrán modificar gran cosa. Tanto su actitud, como su atención y guía serán el factor determinante en el éxito o fracaso de estos alumnos.
Los tutores y profesores que prestan atención directa, son los factores decisivos del éxito o fracaso escolar de los alumnos con TDA-H. En su mano está el clima, la organización y el funcionamiento de la clase, ellos articulan los valores sociales (evidentes o soterrados) y promueven las inquietudes y desánimos. Los elementos que el profesorado de aula o área debe programar para responder a las condiciones personales y escolares de este alumnado son, entre otras, las siguientes:

Disposición física y social del aula (en función de las exigencias y de la actividad)

·         Distribuir a los alumnos en pupitres individuales o agrupados utilizando una disposición por filas, ya que promueve la discusión y permite traba­jar mejor de forma independiente a los alumnos. Reducir al mínimo (proyectos que necesariamente hayan de realizarse conjuntamente por varios alumnos) la colocación de las mesas por grupos de estudiantes porque maximiza las distrac­ciones interpersonales.
·     Independientemente del tipo de disposición seleccionado, es importante que el profesor pueda moverse con facilidad por la clase y que pueda tener acceso a todos los estudiantes.
·         Los estudiantes con más facilidad para distraerse deberán situarse cerca del pro­fesor. Evitar asimismo que estén situados cerca de las ventanas o de la puerta del aula a fin de eliminar en lo posible las distracciones visuales o auditivas.
·         Cuidar de que en los pupitres solamente aparezcan los materiales indispensables para llevar a cabo el trabajo asignado en cada momento. Evitar que estén a la vista objetos interesantes que inviten a manipularlos en lugar de centrarse en su trabajo.
·   Colocar al lado del estudiante con déficit de atención compañeros que sean mo­delos apropiados.
·     Establecer una regulación de los recorridos habituales (buscar la mejor ubicación de los murales, la papelera, etc.).
·         Regular mediante normas el uso del material común y personal.
·         Establecer responsabilidades de forma rotativa.
·         Concretar los procedimientos de ayuda mutua entre compañeros.
                  
Presentación de las explicaciones

·   Simplificar, en la medida de lo posible, las instrucciones sobre las tareas. Des­pués de explicarlas a la clase en general, es conveniente pedir que el estudiante con un trastorno de atención las repita, incluso aunque ya haya comenzado la tarea.
·    Proporcionar al estudiante, antes de la explicación de un tema, un listado de conceptos «clave» o de los aspectos más importantes que el profesor va a exponer. Esta forma de proceder permitirá al alumno saber en qué tiene que focalizar su aten­ción, extraer la información principal adecuadamente y seleccionar con facilidad cuales son las cuestiones más importantes.
·    Promover la participación activa del alumno con un trastorno de atención duran­te la presentación de los temas o lecciones:
·      Plantear al alumno preguntas frecuentes durante las explicaciones de los temas y ofrecer retroalimentación inmediata de sus respuestas.
·  Mantener un contacto ocular, tan frecuente como resulte apropiado, durante las explicaciones de los temas.
·      Utilizar claves y señales no verbales para redirigir la atención del estudiante mientras se continúa con la explicación a la clase en general.
·         Proporcionar al alumno un sistema de tutoría de un compañero que le ayude a revisar los conceptos fundamentales de la lección. Permitir que los estudiantes con déficit de atención expliquen los conceptos aprendidos en la explicación a otro compañero más lento que él en el aprendizaje.
·        Prever las ayudas personales a las que recurrir en caso de que sea necesario: co-tutorización del alumno por compañeros competentes antes comentada, profesorado de guardia, profesores de apoyo… Aplicar los criterios y mecanismos programados a la hora de recurrir a ellos.

Realización de actividades

·      Simplificar la instrucción, para lo cual pueden resultar útiles las indicaciones.
·      Evitar hacer comentarios sobre conductas indicativas de falta de atención a las tareas, tales como «estás en las nubes», «no estás atendiendo a tu trabajo», «ya está bien» o dar órdenes del tipo «no te distraigas con el lápiz» o «atiende». En lugar de ello es preferible suministrar al alumno claves verbales discriminativas que le instiguen a reflexionar sobre su forma de comportarse: «recuerda qué es lo que tenías que hacer» o « ¿estás terminando ya tu trabajo? ».
·      Acciones en la programación de aula o en las áreas en general: Diseño y puesta en práctica de un clima de aula estructurado, claro y seguro.
· Pasearse por la clase para comprobar qué hace el estudiante y suministrarle retroalimentación sobre su trabajo sin molestarle.
·      Si el alumno es lento para realizar las tareas, para que pueda progresar es prefe­rible bajar el listón de productividad: es mejor que termine cuatro ejercicios bien hechos a que haga ocho mal.
·    Procurar que las actividades no sean largas. Si el alumno puede demostrar un domi­nio adecuado de los conceptos en 10 ó 15 cuestiones/problemas no exigirle que haga 25 ó 30.
·  Elegir preferentemente cuadernos de actividades que tengan un formato sencillo. No deberán tener dibujos que no estén esencialmente relacionados con las tareas a realizar. Además, solamente deberán incluir una o dos actividades por página, dejando espacios en blanco entre ellas.
· Dialogar con el estudiante sobre sus trabajos para asegurarse de que comprende perfectamente la forma de realizarlos y presentarlos (cuando un trabajo se considera que está completo, cuando se valora como bien ejecutado, planteando pre­guntas relativas a estos aspectos sobre el trabajo que ha presentado). Enseñar y motivar al estudiante para que aplique las autoinstrucciones a las acti­vidades que resulten adecuadas para ello. Tratar de que, mediante el lenguaje auto-dirigido: 1) se pare y considere qué es lo que tiene que hacer («¿cuál es mi problema?»); 2) genere posibles directrices de actuación («¿cuál es mi plan?»), 3); autoobserve su ejecución («¿estoy siguiendo mi plan?»), y 4) se autorrefuerce «bien, me he esforzado mucho y he conseguido hacerlo bien»), o que, en su caso, desarrolle autoinstrucciones de afrontamiento del error («me he equivocado. La próxima vez tengo que ir más despacio y pensar mejor en lo que hago»).

          Adaptación de contenidos y actividades

·    Adaptar las tareas académicas a las capacidades cognitivas y ejecutivas (de atención, trabajo y control) del alumno.
·      Dividir cada actividad en una secuencia de tareas más cortas.
·      Aumentar la novedad, la estimulación o el atractivo de las propuestas de actividad y de las explicaciones (estrategias didácticas de motivación)
·    Establecer rutinas de actividad con límite de tiempo (recurrir a señalizadores visuales o auditivos).
·      Preparar propuestas de actividad para enseñar a pensar, organizarse, planificar, demorar la respuesta…
·   Programar a lo largo de la jornada descansos funcionales y cambios de formato de la actividad o de la respuesta (anticiparse a las necesidades de movimiento del alumno, intercalar actividades motrices con las cognitivas, prever y permitir respuestas gráficas, orales o mecánicas/motrices…)
·      Programar la jornada colocando en las primeras horas las áreas más exigentes; y en cada sesión en primer lugar los contenidos más relevantes.
         
          Organización
·      Demostrar que se valora el orden asignando cinco minutos cada día para que los alumnos organicen sus pupitres, cuadernos, estanterías, etc.
·      Reforzar la organización implantando el procedimiento de «pupitre limpio», que consiste en alabar cada día para los pupitres más ordenados.
·      Utilizar la «agenda de deberes» que el alumno deberá llevar a casa para que los padres la firmen diariamente. También pueden usarse cintas de casette para grabar qué actividades tiene que traer el estudiante realizadas al día siguiente. De esta forma el alumno empieza a enfrentarse a su problema y es de su responsabilidad asegurarse de grabar la información. Esta estrategia también es recomendable que se utilice en casa. Los padres, si no están en casa, pueden dejar grabadas las instrucciones u órdenes para que su hijo las escuche cuando llegue.
·  Proporcionar una estructura externa que facilite el cumplimiento de las diferen­tes actividades de cada día en clase. Se trata de establecer, en la medida de lo posible, un horario sistemático para que el estudiante pueda recordarlo en todo momento colocar un cartel indicador en la pared más visible del aula.
·      Dedicar tiempo y esfuerzo a ejercer la función evaluadora.
·      Explicar con antelación los cambios inesperados que vayan a producirse en la ru­tina diaria de la clase para evitar que se produzcan reacciones agresivas o disruptivas por la excitabilidad que caracteriza a los estudiantes con déficit de atención.  
·    Utilizar claves visuales y/o auditivas como señales para indicar que la tarea que se está realizando va a terminar y se va a comenzar una nueva actividad. Ma­nejar de forma rápida y organizada los cambios que se producen normalmente de una actividad a otra (por ejemplo, la transición de un período de matemáticas al recreo). Implementar un sistema de contrato de contingencia que contemple parámetros de cantidad y cali­dad para la realización del trabajo escolar y de los deberes para casa, tomando como punto de referencia el nivel de ejecución del alumno en esos momentos. Puesto que el estudiante con deficiencias de atención necesita refuerzos inmedia­tos es conveniente que después de cada tarea terminada con éxito o cuando entregue los deberes de cada día se le valore. Podrá recibir ciertos privilegios o premios del menú de recompensas estipulado o, en caso de que así lo decida, guardarlos en el «ban­co» para hacer el canjeo cuando lo considere conveniente. El menú de recom­pensas deberá ser amplio y cambiarse con cierta frecuencia a fin de evitar la saciación.
·      En general, mantenimiento de un feedback frecuente con consecuencias muy contingentes y perfectamente organizadas, sistematizadas y planificadas.

          Comportamiento

·  En general, planear los sistemas y procedimientos a utilizar para el control del comportamiento disruptivo (técnicas de modificación de conducta, técnicas cognitivas, aplicación del reglamento interno, etc.).
·      Es muy importante que el profesor sea positivo y explique con claridad al alum­no lo que desea que haga, no lo que no quiere que haga. Asimismo, las alaban­zas deberán ser específicas, eludiendo la utilización de frases hechas con carácter general. Por ejemplo, es mucho más adecuado decir: «Juan, estoy muy contento porque has estado concentrado en tu mesa trabajando en los problemas de matemáti­cas», que: «eres un buen chico».
·     Recordar de forma breve, pero con cierta frecuencia, las normas sociales que re­gulan el comportamiento en clase (por ejemplo, no masticar chicle, pedir permi­so para hablar, hablar en voz baja, no insultar a los compañeros…). También se puede pedir al alumno que explique las reglas correctas de situaciones concretas. Por ejemplo, antes de salir al recreo el profesor puede exigirle que repase las reglas de un determinado juego de los compañeros.
·         Implementar un sistema de refuerzos para premiar comportamientos adecuados que deben ser acordados entre el profesor y el estudiante. Para conductas socialmente negativas además deberán aplicarse técnicas como la privación de privile­gios o coste de respuesta (puede consistir en una pérdida de puntos ganados) o el aislamiento.
·        Actuar como modelo y moderador en la utilización de un método sistemático de solución de problemas para tratar abiertamente en clase los conflictos y dificulta­des que surjan.
·        Potenciar la participación y responsabilidad. Debido a sus dificultades tempera­mentales, a los alumnos inatentos les cuesta mantener el autocontrol y hacer fren­te a sus responsabilidades. Por ello, resulta fundamental proporcionarles experien­cias en el aula que les permitan desarrollar sus sentimientos de responsabilidad. Es conveniente que el profesor les encargue tareas de ayuda, como borrar la pi­zarra, recoger los cuadernos de trabajo… Se puede empezar por tareas muy sen­cillas para progresivamente irles dando responsabilidades mayores.
·   Mantener un estilo positivo de interacción. Es muy importante que las interac­ciones profesor-alumno con un déficit de atención terminen satisfactoriamente. Cuando sea necesario proceder a la aplicación de un castigo será conveniente darle una oportunidad para que pueda intentarlo otra vez, procurar que tenga éxito y alabarle por ello. El profesor puede así evitar que desarrolle una idea del mundo corno un lugar en el que él no puede alcanzar el éxito y en el que conti­nuamente está recibiendo críticas de las demás personas. Resultará también be­neficioso, evitar que el estudiante no viva la clase con tensiones y ofrecerle apo­yo y afecto. Procurar no avergonzarlo, poniéndolo en evidencia delante de los compañeros a causa de sus problemas.

Nota: la mayor parte de estas indicaciones han sido extraídas de un documento útil y maravillo de la página de conductuales de Creena (Navarra), realizado por Óscar Ollo.

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